
Este proceso constructivo de la identidad, que
continúa durante el periodo adolescente, está fundamentado en los
particularismos que trae la persona, y el derecho a cuestionar todas las
creencias sociales y todas las definiciones del ser humano (de la ética, de la
política, de las relaciones…) que trasmite la cultura en la que a cada uno le
tocó vivir.
Todo este viaje posibilita la creación de una narrativa
personalizada de vida, que se gesta en la encrucijada de sentimientos que cada
persona soporta frente a la paradoja en la que se sitúa todo individuo: la
necesidad de parecerse a los demás para ser aceptado y la necesidad de ser
distinto.
La función de la Identidad consiste en la
aportación de un sentido para la vida, la sensación de ser y existir. El ser
humano puede vivir con obstáculos muy difíciles, pero no puede vivir sin un
sentido.
El proceso en la construcción de la identidad
La pertenencia a la Familia supone la primera
semilla desde la que poder ir edificando nuestra Identidad. Al principio
mediante los mecanismos de imitación, identificación e introyección, luego, a
través de un legado que llamamos Mito Familiar.
El Mito Familiar es, usando la definición de la
psicóloga clínica Norma Mollot;” la joya oculta que se trasmite generación tras
generación y que contiene la idea valiosa y diferenciada de quiénes somos” El
Mito Familiar sustenta, por lo tanto, la creencia sobre las cualidades que un
grupo humano se representa de si mismo en relación con su capacidad para la preservación
de la vida en el sentido físico y psicológico.
El Mito Familiar también nos ofrece información
identitaria a través de la memoria familiar:
- Información sobre los valores que fundan a la familia; los “Pérez Perez” somos solidarios, orgullosos, trabajadores, duros
- Información sobre las capacidades de sus miembros; el bisabuelo “Perez” sobrevivió a la guerra y fundó un digno negocio de restauración
- Información sobre cómo es el trato entre los miembros de la familia y cuál entre la familia y el mundo.
El proceso de individuación
El proceso de individuación se completa en la
adolescencia. El adolescente hace este camino a través de la Pandilla, donde
realiza nuevas identificaciones que le llevan a un territorio donde puede
comparar idearios, estilos de comunicación humana y valores, que confrontan sus
primeros aprendizajes. Esa distancia entre dos mundos marcará sus elecciones y
parte de su construcción identitaria.